Entró en la consulta sin muchos ánimos, se estiró en el diván y le explicó al doctor:
“Estoy desesperado. No puedo comer ni dormir. Tengo ansiedad y palpitaciones. Por las noches tengo pesadillas. Todo ha perdido sentido para mí. El estrés me está matando. No puedo soportar tanta presión. En estos tiempos es imposible intimidar a las jovencitas. ¿Dónde ha quedado la ingenuidad y la inocencia de las adolescentes? Lo he intentado todo, pero no hay forma de embaucarlas”.
Cuando hubo acabado, el doctor le dio su diagnóstico: “Es cierto que los tiempos han cambiado y puede que usted no haya actualizado sus recursos para llevar a buen término su trabajo.... Sin embargo, creo que llegados a este punto, esta ya no es una solución para usted. Dígame, ¿no se ha planteado la jubilación anticipada?”
Este cuentecillo nació dentro del Taller de Narración Oral impartido por Numancia Rojas en la Casa de los Cuentos en Barcelona, en el que participé el año pasado. El ejercicio consistía en la creación de un cuento a partir de un personaje o un motivo tradicional. La historia tenía que desarrollarse en la actualidad.
Para la creación de este lobo inadaptado, que tiene que acudir a la consulta del psicoanalista, me inspiré en la lectura de Una Caperucita Roja de Marjolaine Leray, publicado en español por Océano Travesía en 2009. Así, la crisis existencial del lobo de mi cuento es el resultado del enfrentamiento con esas Caperucitas que, como la de Marjolaine Leray, no se dejan intimidar fácilmente y saben cuidar de si mismas. Por cierto, cuando escribí esta historia todavía no se había empezado a hablar de retrasar la edad de jubilación.
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