jueves, 22 de septiembre de 2011

Había una vez una princesa a la que despertó no el beso de un príncipe sino la revolución.

Ilustración de Jesús Gaban para la edición de Libro de brujas españolas

Ilustración de Jesús Gaban para la edición de Libro de brujas españolas


Aunque el asunto no va de princesas, sino de las brujas de la tradición oral española que Ana Cristina Herreros recoge en su libro Libro de brujas españolas, editado por Siruela en 2010.






viernes, 16 de septiembre de 2011

Los niños numerados


Esta es una historia de muchas transgresiones: las de los jóvenes que se saltan las normas y transgreden el orden social y las de los que sin saltarse las normas, es más, intentando restablecerlas, transgreden el pequeño orden íntimo de unos niños que no se saben delincuentes. Todo lo que cuenta el libro pasó una vez, pero me temo, a lo que he visto, que sigue pasando.
(...)
El problema es que todo sigue igual, que los muros de entonces, ahora en el suelo, siguien poniéndole cercos al alma, siguen sin enseñar caminos, siguen sin alentar la amistad y la esperanza, y eso es malo.
Los hechos que se cuentan están situados en la década de los cuarenta, pero estos son hechos que encuentran siempre su lugar en el tiempo y en el espacio, así pues que nadie eche la culpa a la dichosa guerra, ni a la postguerra, la hambruna y demás. La culpa la tuvo, y la seguirá teniendo, una sociedad que parece ignorar las causas, se lava las manos, equivoca el rumbo, no acepta responsabilidades y se cree, si no incente, al menos justificada.

Este es un estracto de las notas que Juan Farias envió a Xavier Senín para  la redacción de un prólogo que acompañaría a la nueva edición de Los niños numerados. Sin embargo, el nuevo prologista poco pudo añadir a las palabras del autor. Publicado originalmente en 1962, el libro ganó el premio Ciudad de Oviedo en 1964. La editorial Lóguez lo recuperó para los lectores de hoy con su edición de 1996.
Yo tampoco voy a añadir nada más. Me limitaré a copiar una nota que aparece en la página de créditos de la edición de Lóguez, que habla por sí sola:

Los puntos suspensivos que aparecen en este libro,
sustituyen a palabras que la censura
obligó a suprimir en 1962.

Y así doy por finalizado mi modesto homenaje a Juan Farias.
Para más información:

En memoria de Juan Farias: Una cinta de dos palmos y pico

Los pequeños nazis del 43

viernes, 9 de septiembre de 2011

Ferdinando el toro


El autor norteamericano Munro Leaf publicó en 1936 el libro Ferdinando el toro, la historia de un toro español diferente, quien prefería sentarse a oler las flores bajo una encina a correr, brincar y embestir a los otros toros. Pero la tranquilidad del campo se ve interrumpida por la llegada de cinco hombres que buscan al toro más bravo para llevarlo a las corridas de Madrid. Este hecho puede interpretarse como un atentado de la ciudad contra el campo. De esta forma, la vuelta del toro significaría la restitución del equilibrio inicial.
A través de unas ilustraciones caracterizadas por cierto aire naif, y de ingeniosos toques de humor, el autor nos cuenta cómo Ferdinando es el toro elegido y cómo se mantiene siempre fiel a su identidad.


Considerado como un canto al pacifismo e incluso a la desobediencia civil o la disidencia, su publicación fue prohibida en la Alemania nazi y en la España de la guerra civil y la postguerra.


De igual manera, fue prohibido el cortometraje creado en 1938 por la Factoría Disney, ganador de un Oscar al Mejor Corto de Animación, ya que en él podía interpretarse una sutil crítica a la guerra civil.

La defensa del pacifismo, asentada en el respeto hacia el otro, otorga al libro un carácter universal que lo convierten en un clásico de la literatura infantil.

Lóguez publicó en español Ferdinando el toro en 1987. En 2003 publicó una nueva edición.