En el álbum ilustrado de Silvia Nanclares y Miguel Brieva, titulado Al final, y publicado por Kókinos en 2010, la acción
narrativa comienza
cuando la protagonista se da cuenta de que ha olvidado las llaves de casa. En
un primer momento, reacciona como cualquier niño. Se sienta en la puerta de
casa y busca cómo matar el tiempo hasta que lleguen sus padres o alguien que le
pueda abrir. Se come una manzana, juega con unas ramas, pinta, hace el pino,
hasta que llega a sus pies una pelota roja que la conduce a la puerta donde
comienza, como una nueva Alicia, su aventura en un mundo de maravilla.
En el
desarrollo del argumento, son claros los referentes a la obra de Carroll, pues
nuestra niña atravesará un bosque mágico pero lleno de peligros, bajará a
través de una madriguera a una casa habitada por seres fantásticos y será
invitada a merendar por un extraño caballero dieciochesco. Asimismo, la
recreación de la ballena en la que la protagonista entra con sus compañeros de
viaje es heredera de la ballena creada por
Collodi en Pinocho.
La
representación de ese universo de fantasía que convive con la realidad, se
caracteriza, asimismo, por los motivos humorísticos, continuadores de una
tradición literaria infantil que apuesta por la comicidad y el absurdo. Así, al
leer los mensajes escritos sobre los
tiradores de la puerta (“pase sin llamar” y “llame sin pasar”) reconocemos el legado
de obras maestras del disparate, como las arriba mencionadas.
Llegados a
este punto, podemos concluir que la intertextualidad es uno de los rasgos que
definen la estructura narrativa del libro.
Antes de
iniciar el viaje propiamente dicho, la protagonista de nuestra historia entra
en la casa y llega a una terraza desde la que ve “el cielo y casi todos los
tejados”. El lector comparte con la niña esta perspectiva que la ilustración desarrolla en una doble página. Y, ¿qué es lo que vemos?
Vemos una ciudad de cemento, caótica, sin sentido. Una carretera
colapsada de coches que van “a ningún sitio”. Altísimos edificios, fábricas,
casas pobres hacinadas y edificios convertidos en contenedores de residuos. En
conclusión, los efectos devastadores de la sobreexplotación de los recursos
naturales y del desarrollo tecnológico e industrial sin medida. La denuncia de
esa realidad tiene una forma de expresión textual en estas páginas a través de
lemas como “Calentando la tierra” y “Viva el progreso”. De igual forma, en ese
paisaje encontramos nuevos mensajes de crítica a la sociedad de consumo como
“Cómpratelo todo”, “Just don’t do it”, en clara alusión a una marca de
productos deportivos; o “Ahora compre nada”, que nos recuerda que la publicidad
solo vende ilusiones que se desvanecen como el humo. Por último, también hay
mensajes que exhortan a la niña, como a
todos los ciudadanos, a no pensar por sí misma y a dejarse oprimir por los
valores de la sociedad capitalista: “Sé una niña buena”, “Vuélvete a casa”,
“Aún estás a tiempo”, “Pórtate bien”. El conjunto de toda esa realidad que
nuestra protagonista observa desde la terraza la convierte en una Alicia urbana
del siglo XXI.
De la terraza baja un tobogán y la niña se lanza por él
iniciando así realmente su viaje.
La aventura que emprende esta Alicia del siglo XXI
es un periplo a través de un mundo maravilloso donde, a modo de viaje
iniciático, encuentra una alternativa a la realidad que la rodea: el mundo de
la imaginación.
Nuestra Alicia del siglo XXI realiza un viaje
iniciático por un mundo maravilloso como respuesta a las circunstancias
externas que le niegan la posibilidad de volver a casa, a su hogar. Pero, ¿de
qué tipo de hogar estamos hablando? ¿Es posible
encontrar un
hogar en un mundo adulto caracterizado por un orden opresor y arbitrario? Ante
esa realidad, el periplo por un universo de fantasía se convierte en un proceso
de búsqueda. Durante la aventura vence sus miedos y se comporta con
seguridad y autonomía. Por tanto, cuando vuelve a casa el cambio en ella ya se
ha obrado y ahora es una niña más madura y también más feliz, que ha encontrado
un hogar propio en la capacidad de su imaginación, frente un mundo gris y de
mentalidad estrecha.
(Este texto es un estracto del análisis que realicé de este álbum en el curso de Literatura Juvenil, dentro del Máster en Libros y Literatura para Niños y Jóvenes de la Universitat Autònoma de Barcelona.)
Muy interesantes tus artículos, me daré tiempo para leerlos todos.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Tania! Espero mantener siempre el nivel y que los futuros artículos sean igual de interesantes.
ResponderEliminarNoelia