La oración de la mañana
Todas las mañanas, después de cantar el Cara al Sol, formados por clases, en
el patio, la mano en alto, cabeza erguida, se producía un largo silencio por
los caídos, y luego marchábamos, procurando no arrastrar los pies, de uno en
fondo, con la cabeza descubierta, respetuosamente, a la capilla, todos a ocupar
los bancos corridos, sin pisar los reclinatorios, a oír la Santa Misa.
(...)
Luego el sacerdote se inclinaba sobre el altar murmurando con la boca dentro
del cáliz y allí estaban la sangre y el cuerpo del Dios Hijo y esto era más
importante que nada y lo más maravilloso que podía ocurrir.
-¿Más
importante que Franco? -preguntó una vez Antonio Pardo de Pubul.
Fue en clase de Religión.
El Hermano Luis, que le llamaban
la monjita, sonrió indulgente.
-Mucho más importante, querido niño.
Bricio se inclinó sobre mi
hombro, a decirme bajando la voz, casi a no oírse:
-Si lo pregunto yo, me tienen que escayolar por lo menos una oreja.
-¿Decías algo, chico? -preguntó el Hermano Luis.
Bricio se puso en pie.
-No.
Y escondió la cara por si acaso.
En el recreo hablamos de
aquel asunto.
-Cuesta trabajo creer una cosa así -dijo Bricio-. Los ponen juntos en todas las paredes
principales, pero el retrato de Franco es más grande.
Piñeiro tenía la explicación:
-Franco ganó la Guerra, ¿o no?
No tuve que pensarlo mucho.
-Es cierto -dije.
No había nada más importante que haber ganado
una guerra a los rojos.
Franco era más importante que Dios.
El Hermano Luis debía ser rojo.
En Los pequeños nazis del 43 Juan Farias describe, desde su
compromiso con el pasado, la realidad
de la educación nacional católica propia de la postguerra española. Publicado
por Lóguez en 1987, el libro pasó prácticamente inadvertido en un contexto social
y educativo que buscaba silenciar el pasado inmediato. Más tarde, el mismo Juan
Farias renunciaría en sus libros a una denuncia tan manifiesta.
Con todo, este libro sigue siendo vigente y la denuncia
que en él se desarrolla continua siendo necesaria, pues no estamos tan lejos
de la realidad que retrata.
Por último, es destacable la fina ironía que atraviesa todo el libro, con la que
el autor demuestra las debilidades de la ideología de aquella España “grande y
libre”.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarParece un libro interesante, ¿Alguien me podría decir su extensión, por favor?
ResponderEliminarSergio, el libro tiene unas ciento treinta y tantas páginas.
Eliminar