jueves, 12 de julio de 2018

Porque yo también la echaba de menos




Inopia guarda su colección de lunas de Valencia en el cajón de su ropa interior. Una luna cuarto creciente junto a los calcetines, una luna llena bajo los pijamas, una luna cuarto mengunte junto a las medias, una luna nueva entre las camisetas, un eclipse de luna bajo sus bragas. Cada mañana, antes de vestirse, Inopia sube y baja de la luna. Por eso, no nos debería extrañar que pueda llevar la blusa mal abrochada, un calcetín de cada color, los cordones de los zapatos desatados, o que incluso salga a la calle en zapatillas de estar por casa. Si alguien le llama la atención sobre las irregularidades de su atuendo, Inopia da las gracias con un leve canturreo, aunque, en realidad, poco o nada le importa lo que los demás digan cuando ya va camino de Babia.

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