Inopia guarda su
colección de lunas de Valencia en el cajón de su ropa interior. Una
luna cuarto creciente junto a los calcetines, una luna llena bajo los
pijamas, una luna cuarto mengunte junto a las medias, una luna nueva
entre las camisetas, un eclipse de luna bajo sus bragas. Cada
mañana, antes de vestirse, Inopia sube y baja de la luna. Por eso,
no nos debería extrañar que pueda llevar la blusa mal abrochada, un
calcetín de cada color, los cordones de los zapatos desatados, o que
incluso salga a la calle en zapatillas de estar por casa. Si alguien
le llama la atención sobre las irregularidades de su atuendo, Inopia
da las gracias con un leve canturreo, aunque, en realidad, poco o
nada le importa lo que los demás digan cuando ya va camino de Babia.

"Si nos dejamos llevar por la lectura, si no oponemos resistencia, vivimos vidas ajenas, sentimos y pensamos de manera diferente. Tenemos la opción de salir fuera de los lugares conocidos, podemos transmutar estos sitios de la vida cotidiana por una realidad alternativa. Cuando cerramos el libro, comprendemos que hay un yo que está aquí y un yo potencial que vive en las páginas del libro. Distinguimos entre nosotros y esa otredad donde también podemos vivir." Carmen Diana Dearden