Carmencita jugando, 1959-1960. Óleo sobre lienzo. 106,5 x 149,5 cm. Colección privada. © Antonio López. VEGAP. Madrid, 2011.
Hoy por fin he visitado la exposición que el Museo Thyssen Bornemisza dedica a la obra de Antonio López.
El cuadro Carmencita jugando me ha llevado immediatamente a mi infancia, en casa de mis abuelos paternos, en Burjulú. En mi memoria se ha recreado una imagen muy similar a la del cuadro. Mientras que en la obra de Antonio López, Carmencita juega a las casitas en la terraza de la casa familiar en Tomelloso, en mis recuerdos soy yo la que juega en el patio de la casa de mis abuelos. A las dos nos resguarda de la realidad el muro que se levanta sobre nuestras cabezas y que nos mantiene en el ámbito doméstico. Detrás de esa pared, se extiende la quietud del campo.
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"Si nos dejamos llevar por la lectura, si no oponemos resistencia, vivimos vidas ajenas, sentimos y pensamos de manera diferente. Tenemos la opción de salir fuera de los lugares conocidos, podemos transmutar estos sitios de la vida cotidiana por una realidad alternativa. Cuando cerramos el libro, comprendemos que hay un yo que está aquí y un yo potencial que vive en las páginas del libro. Distinguimos entre nosotros y esa otredad donde también podemos vivir." Carmen Diana Dearden
sábado, 16 de julio de 2011
De niña, jugando
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